El pino de la corona - Platero y yo

Ya habíamos realizado anteriormente una entrada con el texto de "El pino de la corona", capítulo 40 de Platero y yo, obra literaria de Juan Ramón Jiménez. En esta ocasión, nos lanzamos a realizar un recitado de este capítulo.

Cuando por primera vez leí este capítulo de la excelsa obra de este autor, me impresionó especialmente. Me sentí acogido también bajo el susodicho pino, como si yo también pudiera sentir lo mismo que el protagonista cuando nos narra que puede refugiarse allí, a pesar de todas las vicisitudes de la vida. Es un sitio al que regresa por muchos avatares que viva, por mucho que haya cambiado la vida alrededor. El pino constituye un refugio para respirar las situaciones a pesar de las contrariedades.

Vamos, ven, vuelve, acompáñame al paraje del pino. Allí, muy cerca, apenas a dos kilómetros de casa, está el árbol al que puedo volver y a donde te invito a que te puedas unir. Es testigo de tus noches invernales, de tus soledades otoñales, de las alegrías primaverales y de los aburrimientos veraniegos.

Tras la visita, nos sigue esperando la vida, pero te llevas su compañía, su fuerza, la certeza de que sigues unido a aquellos momentos que te han hecho grande y que te han visto crecer.